domingo, 15 de octubre de 2017

Axiomas de la imagen pública

Un axioma es un principio, sentencia o proposición que es clara y evidente. Víctor Gordoa Gil cita los siguientes axiomas de la imagen pública:

Es inevitable tener una imagen: Todos los individuos están sujetos a la posesión de una imagen, nadie está exento de ser percibido por otro alguien.


El 83% de las decisiones las hacemos por los ojos: El sentido de la vista, es casi siempre el más importante, en los humanos, aun cuando en algunos aspectos debería ser alguno otro, casi siempre damos mayor peso a la vista para aceptar o rechazar algo.

El proceso cerebral que decodifica los estímulos, toma unos cuantos segundos: La primera impresión hacia una persona se da entre los 5 y 12 segundos que es vista. En la mayoría de los casos, la primera impresión será la que se quedará por siempre en la mente de las personas.



La mente decide mayoritariamente basada en sentimientos: La mente se encarga de tomar decisiones basada mayoritariamente en las emociones, contrario a lo que generalmente se piensa, el cerebro trabaja más ligado a las emociones y que a un proceso de lógica. La imagen que se creará sobre un individuo será gracias a las emociones apeladas y a los recuerdos que ésta provoque.



La imagen es dinámica: La imagen demanda una continua vigilancia, es decir, el trabajo para crear una buena imagen es continúo y nunca puede ser desatendido. Una buena imagen puede ser afectada, así como una mala imagen puede ser mejorada.

La creación de una imagen debe respetar la esencia del emisor: La esencia del individuo que busque proyectar una cierta imagen siempre debe ser respetada, ya que de lo contrario, los receptores notarán que existe una incongruencia en la imagen y la esencia, entonces la credibilidad del individuo se verá afectada.


La imagen siempre es relativa: En cuestión de la imagen pública, no existe bueno ni malo, cada individuo se debe regir por su esencia, lo que quiere proyectar y a quien lo quiere proyectar.




El proceso de creación de una imagen es racional, por lo que requiere de una metodología: Para la construcción consciente de una imagen, es necesario seguir un proceso que contenga decisiones estratégicas para lograr la emisión correcta del mensaje y como consecuencia credibilidad.


La eficiencia de una imagen irá en relación directa con la coherencia de los estímulos que la causan: La creación de una buena imagen, no debe dejar de lado ningún estímulo, ya que todos y cada uno de ellos, forman el proceso de la percepción de manera integral.


Siempre tomará más tiempo y será más difícil reconstruir una imagen que construirla desde el origen: Este axioma se refiere al hecho de que es más fácil crear una reputación que limpiar una. Cambiar una imagen negativa a positiva, es un reto, ya que es difícil olvidar lo que en un principio causó una percepción negativa del sujeto.
A mejor imagen, mayor poder de influencia: El tener una buena imagen trae consigo beneficios tales como: "incremento de seguridad en sí mismo, aumento en el nivel de confianza transmitida, y lo más importante: credibilidad”. La influencia sobre el grupo que se aborda, será mayor y más efectiva si se cuenta con una buena imagen pública.


La imagen de la titularidad permea en la institución: La imagen de la cabeza de un grupo o una institución es la que define a la propia institución en la mente de los receptores, por lo que, en el caso de una imagen pública grupal, se debe trabajar primero con la imagen personal del líder.


La imagen de la institución permea en sus miembros: La imagen pública de una institución etiqueta a los miembros de ésta, de manera que la imagen de la institución será parte de la imagen de cada uno de sus miembros.



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